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Una placa en la entrada del Teatro Principal, recordará a Mariano Cariñena y dará «nombre al hall del que fue siempre su teatro». Un homenaje que contó, ayer día 21 de enero, con la presencia y el calor de numerosos amigos y compañeros de distintas disciplinas artísticas, del consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, de la viuda de Mariano Cariñena, Marisol Albiac; y del gerente del Teatro Principal Rafael Campos.

MEDALLA DE HONOR DE LA SGAE. Cariñena recibió a título póstumo la Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) que entregó a su viuda, Marisol Albiac, el vicepresidente del Colegio de Gran Derecho de la SGAE, Fermín Cabal.

En el mismo acto se presentaron, también, los dos últimos libros del autor y director teatral:  «La Fuente y la Raposa», y «La Ensalada», editados por Arbolé Ediciones.

Mariano Cariñena Castell (Zaragoza, 1932-2013) es figura clave de la escena aragonesa contemporánea y fundamental para el teatro independiente de España. Titulado en Dramaturgia y Dirección Escénica por el Instituto de Teatro de Barcelona, en los años 60 fue fundador y director del Teatro de Cámara de Zaragoza y del TEU. Ya en la década de los 70, al frente del Teatro Estable, ejerció un papel esencial en el desarrollo del teatro independiente. Fue, asimismo, uno de los impulsores de la creación de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, centro que dirigió desde 1984 hasta su jubilación, en 2002.

Mariano Cariñena desarrolló a lo largo de más de 40 años una intensa y decisiva labor en la escena aragonesa como autor, director, traductor, adaptador, profesor o actor. Era socio de la SGAE desde 1971 y en su haber consta un total de 23 obras propias y 40 adaptaciones. Puso en escena más de 60 montajes, con obras propias como «El cuento al revés», «Tesorina» y ‘»De brujas, moras y diablos»; o adaptaciones de autores como Pirandello («Enrique IV»), Sanchis Sinisterra («Los figurantes»), Bernard Shaw («Amores, prejuicios e intereses»), Jardiel Poncela («Cuatro corazones con freno y marcha atrás» o Miguel Labordeta («Oficina de horizonte»).